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Mostrando entradas de septiembre, 2024

EL CENTINELA DEL PANTEON

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 Este era un hombre anciano que, desde que se le conocía, había sido el cuidador del cementerio, el centinela del panteón. Los jóvenes lo llamaban así, por mofarse de él. Se cuenta que aquel hombre, aunque no era su labor, dormía en el cementerio, al lado de las tumbas. Ya que no tenía familia o amigos, el cementerio era su hogar. Y en las noches, se le escuchaba hablar. Decían los que pasaban por el lado que hablaba con las mismísimas ánimas. Para muchos, simplemente había enloquecido y creía que podía ver los muertos. Para el sacerdote y párroco del pueblo, era lo mejor que le podía pasar, ya que por unas pocas monedas, aquel hombre cuidaba el cementerio día y noche. Él solo era el encargado de cuidar que ninguna persona inescrupulosa entrara allí a tomar objetos que, para la iglesia, eran sagrados por estar en Tierra Santa. Se le podía ver a cualquier hora del día o de la noche, rondando por el cementerio. Muchas personas lo llegaron a ver inesperadamente a sus espaldas o a un lado,

LA FLOR DEL MUERTO

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  En cierta ocasión, unos amigos me invitaron a visitar a un familiar de ellos en el cementerio. Era una persona que yo no conocía, pero igual quería acompañarlos porque mi amistad con ellos era bastante antigua. Mientras ellos estaban en la tumba de su familiar, yo empecé a deambular por las tumbas. En una de ellas, me encontré una pequeña flor de plata. Me pareció muy bonita y la tomé, la guardé en mi bolsillo. Pensé que era un buen objeto para tener en casa y, más que nada, se notaba a simple vista que era de plata pura y antigua. Esa misma noche, empezaron a ocurrir sucesos extraños. Despertaba cansado y sudando, sintiendo una presencia a mi lado. No solo era sentirlo, era escuchar sus susurros que me hablaban. No podía entenderle qué me decía, pero desde aquella noche me era imposible dormir, Solo descansaba unos pocos minutos y volvía a despertar. Ese alguien estaba a mi lado, esa sombra, esa presencia. Debo confesar que en ese momento no pensé que tuviese que ver con la pequeña

NOCHE DE LLUVIA Y TERROR

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Cuando compré aquella pequeña casa en las afueras del pueblo, me pareció un lugar adecuado y muy lindo para ir a pasar fines de semana y tal vez vacaciones. Aún no me había casado, pero estaba en mis planes muy pronto hacer vida matrimonial con mi novia. El lugar era rodeado de naturaleza, grandes árboles y se veían las montañas a lo lejos; era un lugar en verdad espectacular. Cuando empecé con las reformas que se le harían a aquella casa, debí pasar una noche allí. Ya que me sorprendió un fuerte aguacero. Como les contaba antes, en el día era un lugar espectacular y acogedor, pero cuando llegó la noche y mientras la tormenta arreciaba afuera y golpeaba los árboles, en la casa ocurrió algo diferente. El ambiente se hizo sombrío, el lugar era molesto, como si una energía que hubiese dentro de esa casa te quisiera sacar de allí, para ser más tenebroso el momento, en un momento dado, se fue la energía. Yo decidí que sin energía no había más que acostarme a dormir. Ya tenía un pequeño apa

LA FOSA DE LOS OLVIDADOS‼️

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  María miraba por la ventana mientras la luz del sol se desvanecía, sumiendo su hogar en sombras. Su hijo, Sebastián, había desaparecido hace tres semanas, y cada día que pasaba se sentía como una eternidad. Tenía 22 años, lleno de sueños y un futuro brillante por delante. La angustia la devoraba; el silencio era una losa que aplastaba su corazón. La policía había iniciado la búsqueda, pero las pistas eran escasas. La última vez que alguien lo vio fue en una fiesta, riendo y disfrutando con sus amigos. Pero esos mismos amigos ahora parecían una muralla, incapaces de dar respuestas. María los buscó, rogando que le dijeran algo, cualquier cosa. Pero lo único que recibió fue indiferencia y murmullos de "no sabemos nada". Cada noche, mientras el insomnio la mantenía despierta, soñaba con Sebastián. En sus sueños, lo veía sonriendo, pero sus ojos reflejaban una tristeza profunda. "Mamá, ayúdame", le decía. Cuando despertaba, las lágrimas caían por sus mejillas; era como

LA DEUDA MALDITA

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  Melvin y Samuel habían sido amigos desde la secundaria. Siempre se habían llevado bien, hasta que la necesidad y la falta de palabra comenzaron a desgastar su amistad. Samuel le pidió dinero prestado a Melvin para ayudar a su madre, que estaba en apuros. Melvin, sin dudarlo, le prestó lo que tenía, confiando en que su amigo le pagaría pronto. Sin embargo, las semanas pasaron y Samuel no daba señales de querer devolverle el dinero. Cada vez que Melvin le preguntaba, Samuel inventaba una nueva excusa. “Ya casi tengo el dinero, solo dame unos días más”, decía, pero esos días se convirtieron en semanas. Al principio, Melvin lo entendía; después de todo, eran amigos. Pero cuando las mentiras comenzaron a acumularse, su paciencia se agotó. Samuel ya no respondía sus llamadas ni mensajes, y cuando Melvin lo enfrentaba en persona, su amigo evitaba cualquier conversación sobre la deuda. Una tarde, Melvin, completamente frustrado, fue a buscar a Samuel a su casa. Sabía que estaba allí porque v

EL HOMBRE DEL SACO

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 La leyenda del Hombre del Saco, también conocido como “El Sacamantecas” o “El Coco” en diferentes regiones de España y América Latina, es una de las historias de terror más populares y arraigadas en la cultura hispana. Esta figura, utilizada principalmente para asustar a los niños y obligarlos a comportarse, ha sido objeto de numerosos relatos y variaciones a lo largo de los siglos. El Hombre del Saco es descrito generalmente como un hombre mayor, de aspecto siniestro y desaliñado, que lleva consigo un gran saco de tela. Según la leyenda, este personaje recorre las calles en busca de niños desobedientes o que se encuentran solos, y los captura para meterlos en su saco y llevarlos a un destino desconocido. En algunas versiones de la historia, el Hombre del Saco es un mendigo, mientras que en otras es un hombre normal que se dedica a este macabro oficio por diversas razones. La figura del Hombre del Saco tiene sus raíces en historias y mitos europeos, que llegaron a América Latina duran

LA VERDADERA HISTORIA DEL CORTIJO JURADO

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    A pesar de los trabajos de reforma, el Cortijo Jurado deja patente su estilo señorial dominando el paisaje junto a Campanillas. No hace falta mucha imaginación para revivir los buenos tiempos de una hacienda construida por la familia Heredia -una de las grandes fortunas de la época- a mediados del siglo XIX. Eso sí, no se sabe con exactitud el año de inauguración porque no se han encontrado las licencias de obra de un caserón en el que los Heredia pasaban sus días de recreo, pero en la que también contaban con extensa explotación agraria y ganadera. Su actual nombre no llegaría hasta mediados de los 70, cuando los Vega Jurado lo compraron. De estilo ecléctico y neogótico, sus 2.500 metros cuadrados se articulaban en torno a un patio central, con capilla y torre mirador incluida. Y muchísimas habitaciones con la friolera de 365 ventanas, según cuenta la tradición oral, una para cada día del año. No faltaban unos amplios establos, además de sótanos de los que se ha llegado a contar q

ELSILBON

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 La leyenda del Silbón es una de las historias de terror más conocidas y aterradoras de los llanos de Venezuela y Colombia. Esta leyenda se transmite de generación en generación, y sus detalles varían ligeramente según la región, pero el núcleo de la historia permanece constante: el Silbón es un espectro que vaga por los llanos, aterrorizando a aquellos que tienen la desgracia de cruzarse en su camino. Se dice que la historia del Silbón comenzó hace muchos años, con un joven llamado Juan. Juan era un muchacho rebelde y malcriado que vivía con sus padres en una pequeña finca en los llanos venezolanos. Su padre era un hombre trabajador y honesto, mientras que su madre era una mujer dulce y dedicada. Sin embargo, Juan era todo lo contrario: desobediente, perezoso y violento. Un día, Juan, en un arrebato de ira y maldad, asesinó a su propio padre. La razón exacta varía según la versión de la leyenda; algunos dicen que fue porque el padre no le permitió salir a una fiesta, otros que fue por

LA HABITACIÓN PROHIBIDA

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  Mi tía Marina tenía una casa al lado del río, una bella casa que en las tardes era un espectáculo maravilloso. Ver el atardecer y cómo el sol se ocultaba entre las montañas, y además de esto, oír el sonido cadencioso y agradable del río. Un fin de semana, fui a amanecer allí. La tía me dijo que debía dormir en la misma habitación donde dormía mi primo. Le dije que por qué no me acomodaba en la habitación que había sola y quedaba al lado del río, ya que a mí ese lugar me gustaba para dormir y no quería incomodar a mi primo. La tía me dijo que en esa habitación ocurrían sucesos extraños, que al parecer en ese cuarto había un espíritu o un demonio que no permitía que la gente durmiera allí. Así que esa habitación permanecía siempre sola. En ese entonces, yo tenía veinticinco años, y no podía ser que uno a esa edad sienta miedo de aquellas cosas. Así que le dije a mi tía que yo dormiría allí, aunque ella me lo advirtió. No le hice caso, dije que esa era mi habitación esa noche, y que no