ELSILBON
La leyenda del Silbón es una de las historias de terror más conocidas y aterradoras de los llanos de Venezuela y Colombia. Esta leyenda se transmite de generación en generación, y sus detalles varían ligeramente según la región, pero el núcleo de la historia permanece constante: el Silbón es un espectro que vaga por los llanos, aterrorizando a aquellos que tienen la desgracia de cruzarse en su camino.
Se dice que la historia del Silbón comenzó hace muchos años, con un joven llamado Juan. Juan era un muchacho rebelde y malcriado que vivía con sus padres en una pequeña finca en los llanos venezolanos. Su padre era un hombre trabajador y honesto, mientras que su madre era una mujer dulce y dedicada. Sin embargo, Juan era todo lo contrario: desobediente, perezoso y violento.
Un día, Juan, en un arrebato de ira y maldad, asesinó a su propio padre. La razón exacta varía según la versión de la leyenda; algunos dicen que fue porque el padre no le permitió salir a una fiesta, otros que fue por una discusión sobre el reparto de tierras. Tras cometer el parricidio, Juan desmembró el cuerpo de su padre y, en un acto de cruel frialdad, guardó los restos en un saco.
Cuando la madre de Juan descubrió lo que había hecho, lo maldijo con una furia que solo una madre traicionada podría sentir. Su abuelo, al enterarse del horrible crimen, decidió castigar a Juan de una manera que nunca olvidaría. Lo azotó implacablemente, hasta dejarlo casi sin vida, y luego lo soltó en el monte con el saco de huesos a cuestas. Le ordenó vagar por los llanos por toda la eternidad, como un alma en pena, cargando el peso de su crimen y escuchando eternamente el sonido de sus propios pasos y los huesos de su padre golpeándose dentro del saco.
Desde entonces, el Silbón vaga por los llanos, y su presencia se anuncia con un silbido característico que emite una melodía particular: las notas musicales de do, re, mi, fa, sol, la, si, en perfecto orden ascendente y descendente. Se dice que cuando el silbido se escucha de cerca, en realidad el Silbón está lejos, pero cuando el silbido se escucha lejos, el espectro está muy cerca y es probable que esté a punto de atrapar a su próxima víctima.
El Silbón es especialmente temido por los hombres que salen a beber o que son infieles a sus esposas. Se dice que si un hombre borracho escucha el silbido y no se detiene para rezar o hacer una cruz en el suelo, el Silbón lo atacará y lo desmembrará, añadiendo sus huesos a su saco. También se cuenta que aquellos que tienen la desgracia de ver al Silbón describen a un espectro alto y delgado, con ojos hundidos y una mirada vacía, siempre cargando su saco de huesos.
Los llaneros han desarrollado varias formas de protegerse del Silbón. Una de las más comunes es llevar un látigo hecho de cuero, ya que el sonido del látigo al ser usado recuerda a los azotes que recibió Juan de su abuelo, lo cual asusta al espectro y lo ahuyenta. También se dice que el Silbón teme a los perros, ya que sus ladridos pueden alertar a los humanos de su presencia y hacer que huyan.
El Silbón no solo es una historia de terror para asustar a los niños y mantenerlos en línea; también sirve como advertencia moral contra la desobediencia y la ingratitud hacia los padres, así como un recordatorio del castigo que espera a aquellos que cometen actos de violencia y traición.
Así, la leyenda del Silbón sigue viva en la cultura popular de los llanos venezolanos y colombianos, perpetuando el miedo y la fascinación por este espectro que vaga eternamente, con su saco de huesos y su melancólico silbido, buscando redención o simplemente causando terror.
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