El reflejo olvidado
En un pequeño pueblo rodeado de densos bosques, había una antigua y abandonada mansión conocida por sus oscuros secretos y su trágica historia. Cuentan los ancianos del lugar que en la mansión vivía una familia adinerada, cuyos miembros desaparecieron misteriosamente una noche sin dejar rastro. Desde entonces, nadie osaba acercarse al lugar, salvo por los valientes adolescentes que buscaban emociones fuertes.
Una noche, un grupo de amigos decidió desafiar las leyendas y explorar la mansión. Entre risas y bromas, forzaron la puerta principal y entraron al vestíbulo, que aún conservaba muebles cubiertos de polvo y telarañas. La atmósfera era pesada y la luz de sus linternas proyectaba sombras inquietantes en las paredes.
Mientras exploraban, uno de los chicos, Marco, encontró un enorme espejo de cuerpo entero en una de las habitaciones. Era un espejo antiguo, con un marco dorado tallado con figuras demoníacas. Algo en el espejo le resultaba perturbador, pero no podía apartar la vista de su propio reflejo.
De repente, la imagen en el espejo comenzó a distorsionarse. Marco parpadeó, pensando que era un efecto de la luz, pero cuando volvió a mirar, su reflejo ya no era el mismo. Los ojos del reflejo estaban inyectados en sangre y una sonrisa malévola se dibujaba en su rostro. Marco retrocedió, pero su reflejo no lo imitó. En cambio, se acercó al borde del espejo, como si quisiera salir de él.
El resto del grupo llegó a la habitación, atraídos por los gritos de Marco. Lo encontraron paralizado frente al espejo, mirando con horror su propio reflejo que se movía independientemente. De repente, el reflejo extendió una mano y la atravesó el cristal, agarrando a Marco por el brazo.
Los amigos trataron de liberar a Marco, pero era como si el espejo ejerciera una fuerza sobrenatural. Finalmente, con un fuerte tirón, el reflejo arrastró a Marco dentro del espejo, desapareciendo en un torbellino de oscuridad.
Los amigos, aterrorizados, huyeron de la mansión. Contaron su historia al resto del pueblo, pero nadie les creyó. Sin embargo, la mansión fue cerrada con cadenas y advertencias para mantener alejados a los curiosos.
Años después, una familia nueva se mudó al pueblo. La hija, una adolescente curiosa, escuchó las historias sobre la mansión y decidió explorarla. Encontró el espejo y, al mirarse en él, vio un rostro familiar atrapado en el cristal, con los ojos desorbitados de terror. Era Marco, suplicando en silencio por ser liberado.
El nuevo espejo reclamó otra víctima aquella noche, y así, la leyenda continuó, con cada nuevo curioso quedando atrapado en el reflejo olvidado de la mansión.
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