Vivo al frente del Santuario Arqueológico de Pachacámac. Mi pueblo Puente Lurín se construyó sobre estas ruinas, En la zona de un cementerio Inca. Es por eso, en la construcciones que se hacía se encontraban calaveras enteras o craneos, pero lo más extraño fue el hallazgo de una mano negra y peluda, desconociendo los pobladores a que época pertenecía.
Tendría trece años yo, solo vi que lo volvieron a enterrar entre un grupo de asustados curiosos. A partir de ese día por las noches esta mano espeluznante, receloso, cobro vida...
Más temprano que tarde, la gente del pequeño pueblo mio, empezaron a rumorear entre vecinos que por las noches, en la oscuridad una mano peluda les molestaba y no les dejaba dormir...
Nosotros en casa no fuimos la excepción de esta mano, que pareció haberme elegido como a su próxima víctima...
Mi padre era de gustar contar historias de terror antes de dormir. Uno de sus relatos se me quedó en la cabeza y no podía yo dormir. Fue entonces que a la media noche, mientras mi familia descansaba. De pronto oí que empezaron a aullar los perros afuera y en esos momentos en que la poca vela que quedaba se consumia, empezó mi calvario o pesadilla.
A medio ojo vi que una sombra alta, se cruzó por la puerta de nuestro cuarto. Digo nuestro porque compartíamos la misma cama con mi hermano mayor. En los siguientes minutos, mi hermano se despertó bruscamente, y me reclamó:
_¿Oye, que te pasa, por qué me jalas el
cabello?
_Yo no te hecho nada _le respondí, haciéndome de hombros y envolviéndome con la frazada.
Mi hermano se volvió a dormir. A lo que pasado otros minutos, de un sobresalto se despertó, y enojado me dijo:
_¡Otra vez, tú! ¡Ya basta, deja de bromear, déjame dormir! ¡Duérmete ya!...
Fueron sus últimas palabras y cerró sus ojos... faltarían tres centímetros para que la vela se apagará... en lo que vi de reojo que la sombra alta cruzó, nuevamente, nuestra puerta como yéndose a otra pieza de mi casa...
Entonces todo quedo tranquilo en paz, eso fue lo que me pareció... Cansado exhausto se me cerraron los ojos de sueño, fue ahí que de un solo tirón nos quitaron la frazada, cayendo al piso... cuando ya la vela parpadeaba para apagarse... Sin que mi hermano se haya despertado. Asustado, cuando me inclino para recogerla... vi que una mano peluda salió de debajo de nuestra cama... horrorizado me quedé mudo de la impresión... solo me quedo empezar a rezar mentalmente... La oración tuvo efecto... y aquella mano terrorífica se desvío con dirección hacia la puerta de la calle de mi casa...
La vela no duró más entre me metía a la cama... y cayó la oscuridad, y más ya nada recuerdo...
Al siguiente día por la mañana, le conté a mis familiares lo que me había pasado... nadie de ellos me creyó... Pero yo si vi a la Mano Peluda, caminando como una tarántula negra en el piso...
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