El sótano de Mr. Bojangles

Hollister y Lucy Browne abrieron la puerta de su nueva mansión en Trevor Towers. El viaje de Baltimore a Londres había resultado agotador y solo deseaban descansar. La mujer, siguiendo instrucciones precisas de su marido, se aplicó a acondicionar la habitación de matrimonio, ataviando el lecho nupcial con los ropajes adecuados y creando un reino onírico al gusto del exigente señor de la casa.
El señor Browne tenía otra prioridad. El anterior propietario de la residencia, Mr. Bojangles, un hombre decadente con una imagen espantosamente antigua, casi arcaica, le había instado a bajar al sótano, donde encontraría una sorpresa de bienvenida.
Hollister, bullente de entusiasmo, examinó su flamante hogar, hasta que, movido por una misteriosa intuición, dio con una puerta de color dorado refulgente que, sin duda, le conduciría al sótano. Nada más traspasarla, le recibió una escalera sinuosa, que encaró con decisión firme, sin temor alguno.
Bojangles no le había engañado. Ante sus ojos se mostraron innumerables objetos que desprendían centelleos argénteos, iluminados por una grieta de claridad que les confería un esplendor radiante, un gran tesoro desconocido que pasaría a formar una parte principal de su ya amplio patrimonio.
― ¡Lucy, corre, ven!
― ¿Qué pasa, Holllllllllllllll…
Lucy Browne se precipitó por la escalera rompiéndose el cuello, y una intensa sensación de muerte rodeó a Hollister. La luz se le negó, solo le acosaban sombras numinosas que jugaban de manera burlona con su cuerpo. Percibía oscuras compañías que le hacían sentir que en ese espacio no existían las formas. Todo se llenó de un vacío ensordecedor, insoportable, angustioso. Hollister conoció la agonía existencial, mucho más allá del miedo, la certeza de que su vida se acababa en aquel sótano de las maravillas. Fue consciente de que un poderoso mundo desconocido, una inmensa fuerza sobrenatural, los había engullido sin remedio.
Un mes más tarde…
―Señores Richards, han hecho la adquisición de su vida. Jamás habría vendido mi propiedad si no me hubiera visto obligado.
―Siento que haya tenido que ser así, Mr. Bojangles.
―Es la vida. Y recuerden, no olviden bajar al sótano…

si te ha gustado la historia dejanos un comentario para saber tu opinion

también podéis enviarnos vuestras historias, estaremos encantados de compartirlas.

#elaticodelpanico  #leyendasurbanas  #historiasdeterror #crimenesreales

 #canciones   #brujas   #demonios  #apariciones  #peliculasdemiedo #peliculasdeterror #hombreslobo #lallorona #zombies #vampiros #miedo   #terrror #leyendas

#historiasdeterror(audio) #historiasdeterror(video) #historiasdelirantes  #dross #vocesanonimas