SOMBRAS ETERNAS
Adrián era un pintor talentoso, conocido por sus obras llenas de vida y color. Isabela, por otro lado, era una joven de noble linaje, cuyos padres desaprobaban su relación con un hombre de tan humilde origen. Sin embargo, los amantes eran inseparables y soñaban con un futuro juntos, lejos de las restricciones de su sociedad. Una noche, bajo la luz de una luna llena, decidieron huir del pueblo para comenzar una nueva vida. Pero sus planes fueron descubiertos, y en un arrebato de ira y despecho, los padres de Isabela maldijeron a la pareja. Fueron condenados a vagar por la oscuridad eterna, incapaces de encontrar descanso ni paz. Desde entonces, el pueblo fue testigo de eventos inexplicables. En las noches sin luna, se podían ver sombras danzando en los campos y bosques cercanos, figuras espectrales que se movían en silencio. Eran Adrián e Isabela, atrapados en una existencia sombría, condenados a buscarse el uno al otro en la oscuridad sin fin. La maldición no solo los separó físicamen