EL LLANTO DE LOURDES
No hay noche que no la escuche llorar creí por mucho tiempo que era imaginación mía.
Sin embargo hace unos días vinieron de visita mi hermanos a la casa, estábamos todos ya en nuestras habitaciones porque se quedaron a dormir.
Comienzan a escucharse los lamentos mi hermana llega golpeando la puerta con verdadero pavor gritando que la dejara pasar.
- ¿No escuchas ese llanto?
- claro que lo escucho y desde hace tiempo.
- ¿me estaré volviendo loca o es Lourdes?.
- pareciera ser ella pero es imposible.
- Perdóname pero mejor me voy para mi casa.
- No te preocupes te entiendo.
Se fue mi hermana a su casa decía no soportar lo que se escuchaba, yo revisé y mi hermano seguía profundamente dormido.
Así que salí al Panteón donde Lourdes estaba me metí como pude, para poder llegar a su tumba me senté en una que esta aún lado.
- Lourdes estoy aquí amor sabes perfectamente que no fue tu culpa, deja de llorar cuida mucho a nuestro bebé, por el deja de llorar hazlo por el bebe, por ti y por mi.
Yo también te extraño a morir pero la vida sigue y ustedes no están conmigo eso no la hace nada sencilla pero debo continuar, por favor amor dame un poco de paz.
Los siguientes días el llanto despacio por fin dormía,
Pero nada es para siempre.
La escuchaba de nuevo, así que decidí visitarla una vez más y una semana después tuve que regresar, hasta que una noche me decidí a hacer algo.
Llevando con migo una pala y un pico entre al Panteón una vez más llegando a la tumba los sollozos se escucharon más fuerte mi desesperación por sacarla de ahí crecía.
Quite las losas con cuidado de no hacer ruido para que el velador no me arruinará la noche.
Las deslice a un lado con el mayor cuidado posible y comencé a sacar la tierra poco a poco después de lo que para mí fue un par de horas se escuchó un golpe sobre una madera hice la pala a un lado y con las manos quité la poca tierra que quedaba, al quedar totalmente descubierto el ataúd lo abrí con cuidado cubriendome la nariz por el mal olor que seguro saldría.
Sin embargo no sucedería eso al contrarío un aroma a flores inundó el hueco al verla ahí tendida lloré sin parar duramos años buscando tener un hijo y cuando por fin lo logramos, por complicaciones en el embarazo los perdí a los dos.
La hice hacia un lado para poder acostarme a un lado y la abracé.
- Ya estoy aquí cariño espero así puedas descansar no sabes cuánta falta me haces la vida sin ti no tiene sentido.
Escuché la voz de Lourdes diciendo.
- Amor perdóname se cuanto deseabas tener al bebé.
Lejos de asustarme aún más tristeza sentía.
- No hay nada que perdonar amor descansa que aquí me quedaré.
Por la mañana en el noticiero la noticia más sonada fue.
"El último abrazo"
Fue encontrado el cuerpo de un hombre que durante la noche se dio a la tarea de desenterrar el cuerpo de su esposa para dormir una última vez con ella si saber que eso sería para toda la eternidad.
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