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Mostrando entradas de junio, 2021

SIGUIENTE DESTINO

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Mi nombre es Octavio Pérez, soy un pensionado de 73 años de edad, vivo con  mi perro "Cartucho",  en la misma casa que me vio nacer y crecer. Estamos solos desde que mi querida Inés, decidió  abandonarnos, la pobre no pudo soportar más ese maldito cáncer, el cual terminó con su vida.  Pero aquí me ven, vivito y coleando, a pesar de tanta malaria, así estoy, resistiendo y peleándola.  Hoy les contaré este confuso episodio que me tocó  vivir hace exactamente una semana atrás.  Lamentablemente, la situación de mi país no es de las mejores, nuestra economía, hace años está destruida y mal manejada. Esto me ha obligado, a pesar de mi edad y de ser jubilado, a seguir generando ingreso de dinero a mi hogar, por tal razón acepté el trabajo de conducir un taxi por las noches.  Es un oficio que al ser nocturno, de antemano sabía con todo lo que debía lidiar, desde jóvenes ebrios hasta abuelas timberas, ni hablar de lo peligroso que resultaban ser algunos barrios de mi ciudad.  En fin,

EL GATO QUE MIRA LA LUNA

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 Cuando llegué a casa era apenas un gatito bebé, cuando Andy me vio corrió a cogerme entre sus brazos. Ella era una bebé al igual que yo, algo torpe debo decir ya que me apretaba con sus regordetes brazos pero eso a mi no me molestaba ya que podía sentir su cariño entre su curiosidad. Fuimos creciendo juntos ambos íbamos cambiando, pero lo que ella nunca cambió fue su redonda y blanquecina cara, que se me asimilaba a la luna. Me gustaba mirarla fijamente y ahullentar a quién se le acercara, "que gato más celoso!!" decía la mamá... Pero era porque ella no entendía que yo quería protegerla de los que se le acercaran con mala intención. Estábamos siempre juntos en cada momento, excepto cuando ella iba al colegio ya que a mí nunca me dejaron acompañarla, eso a mi no me gustaba porque estaba acostumbrado a estar a su lado siempre, incluso la acompañaba al almacén a diario a hacer las compras, no sé porqué no se me permitía ir también al colegio con ella, esto me ponía de mal humor

EN SECRETO

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  Andrés a la edad de 4 años tuvo un accidente automovilístico, donde perdió la vista, solo viajaban el y su padre, desde entonces el padre de él niño se dedico completamente al cuidado del niño, tanto así que dormía en su misma habitación y muchas veces en la misma cama cuando el niño estaba triste o asustado, las personas se asombraba por la capacidad de aquel niño desenvolverse por la casa, no entendía como había aprendido tan pronto a caminar por el lugar solo sin la ayuda de nadie, lo que ellos no sabían era que su padre lo guiaba siempre, pero este le decía que no contará el secreto. Cuando el niño tenía 6 años su padre lo despertó y le dijo. - ve al cuarto de tu madre y dile que llamé a la policía que hay alguien dentro de la casa y no salgan de allí escuchen lo que escuchen hasta que venga la policía. El niño así lo hizo, mientras el y su madre estaban entre las cobijas después de llamar la policía, sintieron un grito de espanto alguien que pedía clemencia y después un gran gol

EL FANTASMA DE LA BASILICA

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 En la CDMX hay muchos lugares que ocultan leyendas aterradoras, sobre todo aquellos que diario reciben a millones de chilangos y turistas. Ésta es la historia del fantasma que habita la Basílica de Guadalupe. Es uno de los lugares más concurridos de la Ciudad de México, y no sólo el 12 de diciembre. Su estructura actual nació el 12 de octubre de 1976; sin embargo, existe otro edificio que fue construido muchísimos años antes, conocido como «la antigua Basílica». Desde que ese viejo edificio se construyó, por ahí del año 1709, millones y millones de personas han visitado el lugar con el propósito de cumplir mandas, elevar oraciones o sólo turistear. Sin embargo, hay un visitante que ha logrado llamar la atención de todos por el pequeño e insignificante detalle de que ya no está vivo. Según se cuenta, el fantasma de una mujer visita con frecuencia la casa de la Virgen de Guadalupe. Antes que alguien pueda verla en el recinto, es común que se escuche un ligero tintineo de campanas, cuyo