Horror en el ático

Los demonios han existido desde el comienzo de todo. Se dice que en el cielo se creo al Ángel mas hermoso de todos, su nombre era Luzbell. Este tuvo a cargo de la musica del cielo para adorar y alabar a Dios. Sus privilegios eran muchos tales como pasearse en las piedras de fuego. Fueron tantos los privilegios y su hermosura que el orgullo lo venció hasta el punto que quizo ser como Dios. Pensó poner su trono en los montes frente del trono de Dios. Para ese entonces ya era admirado por una parte de los Angeles. De allí hubo la rebelión en el cielo, y las dos terceras partes de los Angeles se mantuvieron fieles a su creador. Y sacaron del cielo a luzbell y a sus Angeles que lo apoyaron mandandolos al infierno, desde ese entonces se les conocen como Ángeles caidos. Cuando cayeron al inframundo empezaron a idear un plan para volver al cielo, el que mas añoraba regresar era Luzbell que para ese entonces ya era conocido como Satanás, este origino a los Demonios con la idea de destruir a las

por Hector C. A. «Ya era hora que se fueran, no aguantaba más sus respiros y risotadas. ¿Pensaban acaso que solo era un juego, que nadie se enteraría, que las almas no sentimos, ni queremos – ni jugamos -? ¡Ellos me invitaron, ellos me soltaron, desde lo hondo me invocaron y ahora ya no están! Corren, a lo lejos escucho sus pisadas que tropiezan unas con otras. Estos niños hechos de piel no conocen la otra vida. Ellos no saben que a nosotros no nos atan ni el oxígeno, ni el cansancio, ni el dolor; que no conocemos la pena y la compasión; ignoran que nosotros no dormimos, que siempre vigilamos, que nada se nos escapa. Míralos correr, algunos ya llegaron a sus casas y abrazaron a sus madres, otros se fueron a dormir sin cenar. Piensan que todo ya pasó. ¡Ellos tuvieron la culpa! yo nunca pensé regresar de nuevo, pero ellos así lo quisieron, ellos me llamaron por mi nombre, abrieron la puerta y no la cerraron a tiempo. Poco tiempo les queda. No tienen un lugar de refugio. Sus casas se

Venezuela aún sufría la convulsión de los disturbios y matanzas ocurridas durante "El Caracazo" de febrero del año 89. Una serie de medidas económicas impuestas por el Presidente Carlos Andrés Pérez provocó un levantamiento popular, terminando en saqueos generalizados por toda la capital. Magda Gómez llevaba a su hijo Sebastian en brazos, prendido en fiebre y con dolencias fuertes. Ella, con sus pocos recursos y madre soltera en medio de una situación económica muy fuerte, hacía lo imposible por darle de comer a su pequeño. Sin más remedio y víctima de esa desesperación de madre, llevó a su niño en brazos al hospital Vargas, subió por la plaza del Panteón nacional, atravesando el barrio Altagracia, encomendándose a Dios de que ningún malandro la acechara. Al llegar a emergencias, una doctora la llevó a un largo pasillo, puso al niño en una camilla y pidió a la madre aguardar mientras se retiraba. Pasaron horas mientras la noche se acentuaba, ya no habían tantas personas en el