LOS VAMPIROS DE CELÁKOVICE
En la República Checa, a solo 25 kilómetros de Praga se encuentra Celákovice. En esta pequeña ciudad amurallada descubrieron en 1997 un cementerio con tumbas de vampiros. Hoy se les conoce como los Vampiros de Celákovicey es una leyenda que ha tomado fuerza porque estas tumbas podrían ser una prueba de que los vampiros sí existieron.
Celákovice es una pequeña ciudad medieval amurallada ubicada a 25 kilómetros de Praga. Sus pobladores vivieron con la creencia sobre la existencia de vampiros. Se dice que gracias a la reconstrucción que sufrió en el siglo XX despertó la curiosidad de arqueólogos por los restos encontrados de la era paleolítica y de la cultura medieval. Por lo que en 1997, un arqueólogo de nombre Jaroslav Spacek descubrió un cementerio exclusivo de vampiros
Lo que encontró Spacek fueron catorce tumbas con personas enterradas acusadas de vampirismo. Los esqueletos tenían crucifijos en sus ataúdes, estaban amarrados boca abajo y a algunos les habían cortado la cabeza. Uno de los casos más espeluznantes es que algunos de estos “vampiros” tenían el cráneo con un clavo de hierro enterrado, otros la estaca en el corazón y uno más tenía un cuchillo clavado en la boca. Dice el arqueólogo que esto fue para evitar una mordedura a quien lo sacrificó. Se dice que estos vampiros datan aproximadamente del siglo X u XI.
En 2010 en un municipio de República Checa llamado Hrádek nad Nisou se encontró el esqueleto de un presunto vampiro al que nombraron Tobías. El arqueólogo Petr Brestovansky, investigador de este caso, señaló que el entierro tenía las siguientes características:
El esqueleto no estaba dentro del cementerio, sino a un metro de la barda, enterrado a tan solo 25 centímetros de la tierra y bocabajo.
Tanto piernas como brazos tenían piedras encima (para que no escapara en caso de resucitar).
Tenía monedas cerca de la mano –algo raro para esa época–, y a través de éstas se determinó que el hombre fue asesinado en el siglo XIV.
Celákovice es una pequeña ciudad medieval amurallada ubicada a 25 kilómetros de Praga. Sus pobladores vivieron con la creencia sobre la existencia de vampiros. Se dice que gracias a la reconstrucción que sufrió en el siglo XX despertó la curiosidad de arqueólogos por los restos encontrados de la era paleolítica y de la cultura medieval. Por lo que en 1997, un arqueólogo de nombre Jaroslav Spacek descubrió un cementerio exclusivo de vampiros
Lo que encontró Spacek fueron catorce tumbas con personas enterradas acusadas de vampirismo. Los esqueletos tenían crucifijos en sus ataúdes, estaban amarrados boca abajo y a algunos les habían cortado la cabeza. Uno de los casos más espeluznantes es que algunos de estos “vampiros” tenían el cráneo con un clavo de hierro enterrado, otros la estaca en el corazón y uno más tenía un cuchillo clavado en la boca. Dice el arqueólogo que esto fue para evitar una mordedura a quien lo sacrificó. Se dice que estos vampiros datan aproximadamente del siglo X u XI.
En 2010 en un municipio de República Checa llamado Hrádek nad Nisou se encontró el esqueleto de un presunto vampiro al que nombraron Tobías. El arqueólogo Petr Brestovansky, investigador de este caso, señaló que el entierro tenía las siguientes características:
El esqueleto no estaba dentro del cementerio, sino a un metro de la barda, enterrado a tan solo 25 centímetros de la tierra y bocabajo.
Tanto piernas como brazos tenían piedras encima (para que no escapara en caso de resucitar).
Tenía monedas cerca de la mano –algo raro para esa época–, y a través de éstas se determinó que el hombre fue asesinado en el siglo XIV.
Aunque algunas teorías señalan que era un hombre con discapacidad porque presentaba cierta deformidad en la espalda, el arqueólogo considera que gracias a esto pudo ser acusado de vampirismo.
si te ha gustado la historia dejanos un comentario para saber tu opinion
también podéis enviarnos vuestras historias, estaremos encantados de compartirlas.
Comentarios
Publicar un comentario