LA MALDICION
Miguelito, el hijo de don Diego, murió ahogado en la bañera de su casa cuando solo tenía tres años. Era un niño cariñoso y juguetón, la luz de la vida de sus padres y de sus familiares. No fue una muerte accidental, pues fue víctima de la furia de una empleada doméstica que, según la versión oficial, se enamoró de don Diego y no fue correspondida. La mujer fue condenada a morir en la horca, pues en esos días aún existía la pena capital. Don Diego y su esposa estuvieron presentes en la ejecución. La empleada, que se llamaba Alicia, miró fijamente a sus antiguos patrones con una mirada que solo mostraba satisfacción por el horrible hecho cometido. Don Diego y su esposa no pudieron contener sus lágrimas al ver a Alicia riéndose a carcajadas mientras le colocaban la cuerda alrededor del cuello y mientras decía: «Lo amo don Diego, lo amaré por siempre, ya va a ver cómo usted también me va a amar para siempre. Ya no tiene hijos, yo le hice ese favor. Deje a esa mujer vieja y sálveme». Do